A día de hoy, resultaría difícil convencer de que el nuestro fue en tiempos un gran club a alguien que no lo sepa. Sus argumentos para rebatir tal afirmación serían varios: bastaría con mirar la clasificación, leer las noticias acerca de la directiva o ver la trayectoria de los últimos años... y, muy importante, la ausencia de jugadores TOP en el equipo, de esos que marcan las diferencias, puesto que la ruinosa situación, tanto deportiva como económica, no lo hacen factible en éste momento. Pero yo si sé que éste es un club con historia. Yo, afortunadamente, soy consciente de que por aquí pasaron grandes figuras del fútbol internacional como Marcelino, Lapetra, Arrúa, Barbas, Señor, Valdano, Rubén Sosa, Esnáider, los Milito... la lista es larga, y nos arroja una cruel comparación con los buenos tiempos disfrutados y el negro horizonte advenedizo. Figuras que marcaban la diferencia entre pertenecer a los clubes de élite o a los humildes, que calaban hondo en la afición y cuyos nombres eran repetidos en alineaciones que todo el mundo sabía de carrerilla. Pero no eran los únicos.
Por encima de éstos siempre han estado las estrellas mundiales, aquellos jugadores que sólo podían permitirse fichar los equipos realmente poderosos. A esa clase no hemos pertenecido núnca, de modo que, como tantos otros equipos, suplíamos esa imposibilidad de competir en igualdad de condiciones con entrega, garra y jugadores de la tierra; banderas para la afición y un espejo de zaragocismo para los más jóvenes, orgullosos portadores del estandarte, etcétera... suena muy bonito, y ojalá lo fuera, pero no se corresponde en absoluto con la realidad en el Zaragoza actual. Para comprobarlo no hay más que comprobar cómo funciona la cantera y los casos de los últimos jugadores destacados salidos del filial zaragocista.
La cantera del Real Zaragoza es un ejemplo de cómo no hacer las cosas. Tal parece que es un lastre para sus dirigentes, que no parecen saber cómo hacer que funcione, o más aún, ni siquiera están por la labor. No hay un seguimiento de niños de otras comunidades como sí hacen otros clubes, no hay un organigrama, residencias aptas para sacar rendimiento a las jóvenes promesas; no hay, en definitiva, un asidero para situaciones de austeridad como la que ahora vivimos. Sólo hay un equipo mediocre que se mantiene sin pena ni gloria en Tercera división; un barco en medio de un mar en calma, que por no ir no va ni a la deriva.
Con una cantera tan desatendida es complicado sacar jugadores que ayuden al primer equipo y con los que la afición se sienta identificada. Aún así, hay tres grandes nombres en los últimos años, con trayectorias muy dispares, que vienen a confirmar esta teoría de que algo no se está haciendo bien: Cani, Zapater y Lafita.
El primero es, sin ninguna duda, el jugador con más calidad técnica que ha salido de la ciudad deportiva en los últimos veinte o treinta años. Era un placer verlo jugar por la banda izquierda, a pesar de que su posición natural era la de enganche. Sin embargo, la manera de la que salió del club hace que en la Romareda no se le vea con buenos ojos, hasta el punto de que cada año que nos visita son más los pitos que se oyen contra él. Personalmente creo que es una injusticia, puesto que dejó una buena suma en las arcas del club por su traspaso y en justicia era una buena oportunidad para él que está aprovechando.
El caso de Alberto Zapater es un poco al contrario. La afición le tomó como referencia desde el primer momento y le sigue recordando con cariño, lo que resulta cuanto menos chocante por ser el menos especial-futbolísticamente hablando- de los tres. Con Zapater siempre ha existido, al menos a mi juicio, una corriente favorable contra viento y marea, una especie de derecho de nacimiento, como si ser de la tierra hiciese obviar sus defectos en un terreno de juego. Entendámonos de una vez: con su venta muchos se rasgaron las vestiduras, pero el hecho es que se logró ingresar un dinero por un jugador que no aportaba nada de lo que necesitaba el equipo y que no podía continuar progresando aquí. Y sí, estoy al tanto de ése manido tópico de que solemos hacer de menos al que es de casa y ensalzamos al de fuera, pero la única realidad, siendo objetivos, es que Zapater no ha conseguido triunfar en Italia, en un equipo y una liga que le venían de perlas a su fútbol rocoso y físico, ni en Portugal, donde pasa prácticamente desapercibido. Yo no dudé jamás de su compromiso y su dedicación, sólo me atrevo a añadir que esos atributos no eran suficientes para liderar a un equipo.
Con Zapater fuera del equipo, la afición se quedaba sin su santo y seña en el vestuario. Y la realidad es que en ese sentido el futuro es pura incertidumbre. Descartado Goni-otro ejemplo de mala gestión de la cantera, dejar escapar a un jugador sin comprobar que es válido, cuando parecía que sí lo era-, parece que últimamente ese papel queda reservado a Ángel Lafita, pero hay unos cuantos argumentos en su contra, como por ejemplo su esperpéntica vuelta al club hace dos temporadas, o el nulo rendimiento que ha dado desde entonces. Leo en los últimos días que esto se justifica por una lesión que arrastra desde hace tiempo... y siento señalar que esto me suena a excusa. De nuevo veo una maquinaria puesta en marcha para proteger al paisano, porque mucha casualidad me parece que, como he leído hoy, "sufría sus molestias durante el último tramo de la temporada pasada, remitiendo en el periodo estival y volviendo a aparecer al comenzar la Liga..."...
Ojo, no pretendo tirar por tierra la figura del canterano comprometido con el club. Pero sí pretendo ser justo. En lo que a los tres casos que he expuesto se refiere, porque el mejor de todos ellos parece ahora un proscrito cuando pisa la Romareda, cuando es un jugador que merece la pena ver, de los que te hacen pagar una entrada con satisfacción, porque sabes que dará al juego algo diferente. Y ya hablando en un ámbito más general, porque estoy de acuerdo en que son y serán necesarios jugadores comprometidos con la causa del club, que sientan los colores más que los contratos, que sepan la letra del himno cuando la afición lo esté cantando. Pero ante todo tienen que ser jugadores válidos, que aporten al equipo sin que su procedencia sea su paraguas. Muy duros están los tiempos como para afrontarlos sólo con épica y romanticismo.
Te ha faltado hablar de Ánder, me habría gustado saber qué opinas de él.
ResponderEliminarY por seguir con canteranos, ya que nombras a Goni, Laguardia y Kevin habría estado bien.
Quizá Ortí como delantero...y su futuro, o el denostado Alex Sánchez, que debutó en Mestalla, y nada más se supo de él.
De cualquier forma, la situación actual de la cantera es muy fácil analizarla. Quiero decir... analizar el hecho de porqué tenemos tantos internacionales en las categorías inferiores... y ninguno vale para Lo Real Zaragoza. Si te pasas por el foro de aupazaragoza, hace poco pusieron unos datos, desde unos 30 años hacía ahora... sobre quién mandaba en la parcela deportiva, y cuantos jugadores habían subido al primer equipo.
¿A qué no adivinas desde cuando no llegan jugadores al primer equipo? Si tu respuesta es, desde que P.H. manda, estas en lo correcto.
Si quieres ver los datos, ya te los buscaré y te los mandaré. Estaría bien leer uno de tus análisis.
Un saludo!!
El hilo de aupazaragoza que te comentaba.
ResponderEliminarAl estar en la seccion de actualidad, aunque no seas forero, podrás leerlo sin problemas.
Échale un vistazo, a ver qué te parece:
http://www.aupazaragoza.com/foro/viewtopic.php?t=76770
Ups, no había reparado en que esta entrada tenía comentarios, jeje.
ResponderEliminarSi no menciono a Ander es porque me he referido únicamente a jugadores nacidos en Aragón, aunque seguramente cuando abandone el club y se pueda hacer una valoración general de su trayectoria, me animaré.
Gran aporte los datos que aparecen en el link que proporcionas, los estudiaré.
Un abrazo Chabi.