Con esta simpática cancioncilla(añadir mentalmente el ritmo de la canción "All my Loving", de Los Manolos) recibió el ingreso de Ivan Obradovic en el terreno de juego una parte del público de La Romareda, cuando ya el encuentro ante el Tenerife daba sus últimos coletazos. La mayor parte de los que nos encontrábamos en la zona donde nacieron los primeros cánticos no pudimos evitar sonreír. La afición suele recibir con grandes muestras de apoyo y cariño a los nuevos, en este caso lo chistoso del chascarrillo reflejaba además el absoluto desconocimiento del jugador que saltaba al campo. Sin embargo, si nos atenemos a lo que sus valedores dicen de él, puede que nos encontremos ante el jugador con más proyección que ficha el Real Zaragoza en mucho tiempo.
Ivan Obradovic nació hace 21 años en Obrenovac, una pequeña localidad cerca de la capital, Belgrado. Estuvo por lo tanto siempre en el área de influencia de los grandes equipos de la ciudad, el Partizán y el Estrella Roja, y en menor medida del FK Beograd, incorporándose finalmente a las categorías inferiores del primero. Allí fue quemando etapas a velocidad de vértigo, hasta que en la temporada 2006-2007 le llegó la oportunidad de debutar en el primer equipo de la mano de Miroslav Djukic. Fue en un encuentro de la Meridijan Superliga ante la Vojvodina; aquello le serviría de rampa de lanzamiento para ir entrando en la plantilla poco a poco, de tal forma que a la siguiente temporada ya era miembro de pleno derecho del primer equipo. Esta progresión le llevó, en Septiembre de 2008, a la Selección absoluta, cuando todavía tenía edad para ser convocado con la Sub-19. Radomir Antic apostó por él y Obradovic respondió: sólo dos meses después marcó su primer gol con el combinado nacional en la victoria por 1-3 en el Ernst Happel ante Austria, siendo además uno de los jugadores más destacados del partido. Así irrumpió en el panorama futbolístico internacional.
La temporada pasada sirvió para confirmar que sigue al alza y que, hoy por hoy, no tiene techo. Se consolidó como uno de los pilares en el once del Partizán y en la Selección, y los grandes equipos europeos comenzaron a llamar a su puerta. Históricos de Europa como el Werder Bremen, Atlético, Bayern, Juventus o Ajax preguntaron por su situación. Y la afición del Partizán comenzó a prepararse para el éxodo de otra de sus estrellas. Porque merece la pena aclarar este punto: hemos adquirido una estrella en potencia. Aquí no ha tenido mucha repercusión el fichaje, pero para la liga serbia ha sido una gran pérdida, al nivel de las salidas de Zoran Tosic, Stevan Jovetic o Miralem Sulejmani, entre otros; a lo que hay que añadir el hecho de que sea titular en una de las selecciones serbias más potentes de los últimos tiempos, compartiendo cartel con los anteriormente citados y con jugadores de la talla de Nemanja Vidic, Dejan Stankovic, Nikola Zigic o Marko Pantelic. Sólo así se entiende que el Partizán pusiese como condición innegociable para su traspaso que se le permitiese participar en la última ronda de clasificación para la Europa League, a petición expresa de su entrenador, Slavisa Jokanovic: necesitaba para asegurar la clasificación de su equipo a uno de sus puntales de las últimas temporadas. Desde ese punto de vista, al menos, es claramente comprensible.
Ahora llega a nuestra liga con la obligación de confirmar todas estas buenas sensaciones. Personalmente creo que llega a un campeonato idóneo para que pueda triunfar, con gran repercusión y donde gusta, y mucho, la figura del 3 incisivo, que se incorpora al ataque para servir centros o trazar diagonales mortíferas hacia la portería contraria. Es el jugador a seguir en el Real Zaragoza.
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